Máquina para hablar con los muertos

Máquina para hablar con los muertos

Carmen García Palma

En este libro hay una mujer rodeada de sombras y voces asediantes, quizás sea el primer vertebrado en pisar tierra firme. Vive en una isla que es un templo donde todo muta y murmura, donde el sueño es un portal. Pero debe partir. El viaje la lleva a una ciudad que arde, donde las estaciones pasan como las voces de los hombres y las palabras se vuelven fríos monumentos sin razón. Tiene cien años y desde niña sabe que el mayor placer es desaparecer. La ciudad hace posible ese acto de magia, pero trae consigo el paso de la inocencia al conocimiento. Un día desde un muelle divisa la isla dormida, su hogar, la promesa de los amaneceres multiplicados hasta el infinito. Carmen García Palma escribió Máquina para hablar con los muertos entregándose sin reservas a la palabra, dejando que los sueños sean poemas y los cuentos sean sueños.

Rodrigo Olavarría

$5000

El veneno del manto

El veneno del manto

Enzo Amarillo

No es la noche abierta que despliega el universo y nos arropa, sino un sótano sin estrellas donde habitan el sopor y la violencia como un silencio de muerte. Ni balas ni látigos ni cuchillos. Sólo la soledad de un cuerpo sórdido, desmembrado y deseoso de ser deseado, amado, acunado sin fin. Así el clima que nos arroja en la cara El veneno del manto de Enzo Amarillo. Una voz narra desanimándose, montada sobre un lenguaje fértil y movedizo. El tono de cada uno de estos poemas en prosa mantiene la potencia y la sensualidad brutal que despide el epígrafe de Susana Villalba, tan bien elegido, tan atinado para restaurar la confusión de una trama que, de tan espesa, ahoga. No porque haya maraña, sino porque duele tiernamente tan grosero abandono, tan humillante condición sumida en la belleza del más armonioso devenir poético: "Es divina esta peste. Este basural codiciado." Lo mejor: el contraste entre el lirismo y la desgarradura. "No importa si de este viaje no regresa." Hay que "acostarse sobre el peligro". Y dejarse amansar por la dulzura del infierno. O armar "otro paisaje donde existir fuera del duelo".

María Malusardi

$5000

Padre Tótem - Oscuros umbrales de revelación

Padre Tótem - Oscuros umbrales de revelación

Diego Roel

El desamparo existencial, la orfandad cósmica, el duelo del alma por el cuerpo, son el punto de partida de esta lírica orientada hacia la búsqueda del padre totémico, el padre simbólico, el protector absoluto. Padre que es, a la vez, hijo de sí mismo y cuya "boca de mil lenguas de hora" arroja al mundo "en una cuna negra", en "un ataúd de repleto de blancas mariposas". Este padre-hijo, este "animal cosido al silencio", carece de Yo, de nombre propio, o para decirlo en términos lacanianos, del corazón brillante del sujeto. En este punto, la lírica de Diego Roel se convierte –sustancialmente- en una épica, que si lo propio del sujeto es falta del nombre, si como se ha dicho el inconsciente es el olvido del propio nombre, todos los caminos están cerrados y sólo queda el trazo, la vaga huella de una relación borrada por el mismo acto de la nominación. Como dice Roel: "sólo queda sumergirse/ resignarse al acaso como al tiempo/ después de este río atravesaremos otro río y otro río / porque no hay desembocadura ni salida / no hay delante del camino no hay un dónde / y sumergidos naufragamos / arrastrados por los efluvios de los días / sin un Padre una Madre sin un Tótem". Dicho de otro modo: no hay sino naufragio en el mare de l'essere de que habla Dante, y ése es el único nombre que podemos ostentar: la pérdida de sí mismo, lo "sin techo", "sin guarida", puro vacío que sólo puede llenar otro mar, el de la poesía.

Horacio Castillo

$5000

Harán una película con mi entierro

Harán una película con mi entierro

María Malusardi

El lenguaje permite lo imposible. El yo asiste a su funeral y sostiene la voz. En la ceremonia, los verbos sacan las mortajas al sol y cantan. El futuro es puro lenguaje: está hecho de acciones que se lanzan hacia adelante como serpentinas de deseo, furia o dolor. La vida después es un estribillo que repiquetea en los días por venir. En el entierro de la obra, el poema labra el testamento, y también ríe y baila sobre su tumba. Es imposible no hacerse la película. La sábana del lecho es la pantalla en la que pasará la vida: ojos, roces, harapos, huellas, hijos. Un campanario y los zapatos. ¿Qué harán con la desnudez y la soledad? ¿Adónde irán las esquinas y las lápidas? Con voz acicalada de humor y finitud, María Malusardi nos acerca a los efectos secundarios de la muerte y ofrece —para quienes no sabemos morir ni rezar— un conjunto de poemas sobre esa loca fantasía del final.

Gabriela Franco

$5000

Láudano para el corazón negro

Láudano para el corazón negro

María Magdalena

Hay escrituras que respiran entre las grietas producidas por su carácter disruptivo. María Magdalena lo demuestra en cada libro, desacomoda las formas hasta que entonen un canto singular. Ahí encuentra su descanso. En Láudano para el corazón negro, nos entrega un extenso poema fragmentado, acuchillado: ¿Y si fuiste herida en el río? // ¿Y si dijeron las palabras / cuchillos / las palabras filo / una tarde de verano / en el río? /. Cada escena del crimen nos conduce a otra en una especie de conjuro que retorna y punza. Un conjuro que busca un antídoto donde ponernos a salvo en este escenario tan lírico como cruel.

Enzo Amarillo

$1